martes, octubre 21, 2008

Esposa fiel

Rodrigo entró al bar, se sentó en su lugar favorito. Después de los saludos de rigor, le comentó a sus amigos:

- Mi mujer me ama como jamás ninguna mujer amó a un hombre.

- Ah, ¿sí? Y como lo sabes? - preguntó el cantinero.

- Bueno, la semana pasada pedí dos días por enfermedad en el trabajo. Mi esposa estaba tan nerviosa y contenta de tenerme en casa, que cada vez que venía el lechero, el portero o el cartero, salía corriendo a la calle agitando los brazos y gritando "¡mi marido está en casa, mi marido está en casa!"

No hay comentarios: